Morucha

El nombre de la raza deriva de la coloración sombría de su faneróptica (piel, pelo y mucosas visibles) o particular apariencia degradada de la pigmentación negra. Procede del Tronco Ibérico.

El sinónimo de “raza salmantina” ha quedado en desuso por la expansión que desborda su antigua adscripción geográfica.

La importancia de la raza Morucha viene asociada con su notable aportación al censo bovino general y particularmente de las razas autóctonas, a su vez por representar un eficaz instrumento extractivo de recursos naturales pastables dentro de zonas desfavorecidas, dificilmente explotables por otros ganados, y también por rendir al mercado excelente carne natural.

La explotación extensiva adehesada integral es el sistema seguido por la totalidad del efectivo, en su múltiple y constante emplazamiento. Pastoreo permanente en absoluta libertad, dentro de cercados y en lotes de tamaño consecuente con la extensión superficial, la calidad de los recursos herbáceos o las necesidades de manejo.

La estructura del núcleo reproductor consiste en un toro con 25-50 vacas. El proceso reproductivo ajustado a la cría extensiva puede ser continuo o estacional. El índice de fertilidad es reconocido como el mayor de las razas españolas (un parto por año y reproductora). Es excelente como raza maternal.

La raza Morucha está plenamente integrada en la producción cárnica siendo sus tipos comerciales el ternero pastenco y el añojo.

Morfológicamente esta raza responde a parámetros de raza morena, con perfil recto, proporciones y tamaño medio, buen desarrollo muscular y discreta proporción de hueso. Capa negra y cárdena, con algunas variantes. Cuernos de color blanco con las puntas negras.

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